
TEKAL DE VENEGAS, 24 DE JULIO. El sastre, a pesar de la llegada de nuevas tecnologías que le han permitido competir abiertamente a “capa y espada” contra el industrialismo, los diseñadores modernos y gente “ad hoc” en mercadotecnia en estos menesteres, todavía tiene gran aceptación.
No pocas personas piensan que hoy en día se puede prescindir de un sastre o de una modista, pues es más fácil comprar en forma “fast track” (rápida, a la ligera, con prisa) una prenda de vestir que llevar un corte a un sastre y esperar con paciencia que tome las medidas exactas y confeccione el nuevo atuendo que vestiremos.
En lo anterior coincide el Sr. Alberto Chí Caamal, veterano sastre en esta población, quien desde los 13 años empezó en este oficio y hoy, a sus 61 años, todavía ejerce con orgullo esta noble vocación y tarea social.
Mayormente conocido en el pueblo como Don Beto, este señor concedió amablemente una entrevista y explicó que a pesar del avance de la tecnología y las modas, todavía hay gente que confía más en un sastre que en comprar una prenda a la ligera en algún establecimiento comercial calificado.
Sin embargo, aclaró, la mayoría de las personas cuando acude a un sastre no solo es para pedirle la confección de una prenda nueva , sino también para llevarle algún pantalón, vestido, falda o camisa nueva recién comprada pero que no se ajusta exactamente a la talla de uno, sino que requiere una que otra adaptación.
“La mayoría de los jóvenes hoy en día se dejan llevar por la moda en boga y al comprar una prenda ésta no les queda exactamente a la medida, por lo que tienen que acudir ya sea a una modista o a un sastre”, comentó.
“Es por ello que piden que pidan ya sea meterle a la cintura, reducir lo largo, modificar los bajos, incluso cambiar de cierres u otros detalles”, aseveró Don Beto.
A casi 50 años de ejercer este oficio, todavía por cierto con una máquina de coser de modelo “antiguo”, por así decirlo, Don Beto considera que este oficio ha sido gratificante para él. Desde que se lo enseñó su padre, pues gracias a ello ha podido sacar adelante a sus hijos y familia.
Otro factor que afecta la demanda de los sastres, comentó, es que ahora muchas personas se dedican a vender ropa seminueva, o sea de medio uso.
Finalmente, recuerda que antaño, se le solicitaba con mayor frecuencia la confección de guayaberas, guayabanas, filipinas y camisolas, pero hoy en día “los tiempos son otros pero los sastres nos sabemos y podemos adaptar y estar a la vanguardia”. (Texto y fotos: Martín Vázquez Vega)
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1 comentario:
Gracias a ti, Eric, por publicar esta entrevista a mi padre. Que bueno sera recordarlo como el buen hombre y padre que fue.
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