BIENVENIDA

Hola, bienvenidos a este blog, en el que espero que encuentren datos sobresalientes sobre el acontecer de nuestro municipio.

lunes, 25 de mayo de 2009

NUNCA ES TARDE PARA VOLVER A SOÑAR

Pablo e Iván , dos ejemplos de vida

Por: Martín Vázquez Vega

Era poco después de las cinco de la tarde, había dejado de llover y la luz del sol, que se asomaba detrás de aquella nube, invitaba a realizar una tranquila y pausada caminata. El fresco olor a hierba húmeda y el vistoso color de aquel frondoso flamboyán me decía que bien valía la pena caminar un rato, sin prisa, sin pendientes.
Tan solo había avanzado unas cuadras cuando un auto azul se detuvo a mi lado y de su interior salió una voz, que luego reconocí. Era Pablo, un antiguo amigo de infancia, que se dirigía a su casa. Minutos después, alrededor de sendas tazas de café platicábamos de cómo nos ha ido en la vida, pues hacía ya mucho tiempo que no nos veíamos.
Uno de los recuerdos que guardo de él es el habernos propuesto en 1988 viajar de la capital, Mérida, a nuestro pueblo natal, Tekal de Venegas, pero en nuestras respectivas bicicletas. Cerca de 90 kilómetros, recorrido que cumplimos satisfactoriamente a pesar de que en cada población nos deteníamos a pedir que nos regalaran una jícara de agua.
Recuerdo que al llegar a nuestra meta, aún cansados, me dijo: “sueño viajar más lejos, me gustaría algún día conocer otras partes del mundo”. Yo, también extenuado y escaldado por pedalear durante seis horas, recuerdo que pensé en mis adentros: “Pobre Pablo, el cansancio seguramente le ha afectado la cabeza” , y le seguí la corriente. “Si , Pablito, sí, viajarás por toda la República pedaleando tu bicicleta”.
Y ahora, grande ha sido mi asombro y sorpresa al enseñarme Pablo (ahora Don Pablo) su álbum de fotos en donde se le ve acompañado de su esposa Rosario en sendos viajes realizados en Tierra Santa, Roma, Egipto y China.
-¿Y cómo lo lograste? Te sacaste la Lotería o asaltaste un banco? - le pregunté perplejo. Y él, todavía alegre, emocionado, me respondió “Nada de eso, Martín, nada de eso; recuerdas que un día te dije que llegaría lejos?, es que ya me lo había propuesto, era un sueño que tarde o temprano yo quería hacer realidad”,
-Si lo recuerdo –le dije- , fue un Viernes Santo de 1988.
-Pues resulta que he comprobado personalmente que solo cuando tenemos sueños, metas concretas y proyectos , y trabajamos tenazmente con acción y paso firme , perseverante, es cuando podemos hacerlos realidad –me respondió Pablo.
Luego de informarme que desde hace ya algunos años se dedica a promover productos energéticos y naturistas en la Península de Yucatán, me comentó que si ha llegado lejos es porque ha sido resultado de su perseverante esfuerzo por lograr y conseguir posesionarse en el mercado con su producto, hasta alcanzarlo.
El anécdota anterior, verídico, me hace pensar que los mexicanos soñamos mucho, construimos castillos en el aire pero nos pasamos el día rascándonos la cabeza o la panza esperando el éxito pero sin trabajar, sin poner de nuestra parte, sin mirar más allá de lo que tenemos ante nuestra nariz, sin insistir por golpear otra puerta cuando se nos dado un portazo.
Desde mi parcela me he enterado de personas que con coraje, entusiasmo, tenacidad y brío en los ojos, han alcanzado parte de sus sueños. Digo esto al pensar en un joven del Pueblo, Iván Borges, aficionado a la Historia y hoy en día es universitario (en UMSA, Mérida), quien a su corta edad ha escrito y publicado ya un libro acerca de esta población y trabaja actualmente en un proyecto consistente en empezar a publicar una revista cultural y de reflexión , a la que he sido invitado a colaborar, cosa que acepto no solo con gusto sino con ánimo de apoyarlo en su loable proyecto pues yo también fui joven y cuando me inicié en el periodismo hace casi 24 años, también tenía ese indescriptible brío y entusiasmo en la mirada. Como la de Pablo e Iván.
(En su oportunidad publicaremos y daremos más pormenores de la primera portada del primer número de esta revista, que llevará por nombre “La Voz Enclaustrada” )
De estos dos ejemplos de vida yo también aprendo mucho, pues nunca se deja de aprender. Aprendo que podemos ser felices cuando con éxito o sin éxito nos dedicamos a ser útiles a la Humanidad, empezando con la gente que nos rodea, con nuestros vecinos y seres queridos. ¿Qué dirá de mí la gente cuando yo muera, qué dirá mi epitafio?, seré por siempre recordado? Estas son preguntas que alguna vez nos hemos hecho al asistir a un velorio o cortejo fúnebre o al visitar un cementerio.
Si hoy mismo nos llamara el Creador, ¿estaremos preparados para abandonar este mundo? Hicimos el bien?, ¿vamos a dejar huella? Empleamos los dones y talentos que Dios nos dio?
En estos días de reflexión, previos a la Semana Santa, bien valdría la pena detenernos a examinar qué hemos hecho de nuestras vidas, que proyecto de vida tenemos en mente, ya sea a corto, mediano o largo plazo, pues no podemos vivir vegetando, esperando que la muerte nos sorprenda sin haber vivido amando plenamente y sin haber visto realizados nuestros sueños, sin haber pedaleado nuestras bicicletas. (Martín Vázquez Vega)

No hay comentarios: